Cuando estamos frente un entrevistador, además de poder demostrarle la buena disposición y el talento que poseemos, también es necesario que nos interesemos por cómo se siente esta otra persona. Es básico establecer una relación en donde nuestro posible empleador se sienta cómodo con nosotros. Siempre míralo a la cara y lee sus gestos. Recuerda que todas las personas empiezan a valorarnos por la forma en que las hacemos sentir.