A mi oficina llegan muchas personas buscando mejorar, transformar o relanzar sus carreras.La experiencia de tantos años ayudándolas a lograrlo me lleva a hacerles siempre las mismas preguntas fundamentales (que son, además, excelentes predictores de su éxito futuro): ¿qué quieres hacer con tu vida? ¿A dónde quieres llegar? ¿Cuál es tu visión de ti mismo en cinco, diez, veinte años?
Lo mismo pasa en las empresas. Todo proceso de planeamiento estratégico empieza por revisar o replantear la visión para saber hacia dónde ir y cómo llegar. Los líderes exitosos comunican su visión de manera clara, palpable y apasionada, movilizando a los colaboradores para hacerla propia y muy poderosa.
Hace algunos años escuché decir a Diego de la Torre, muy exitoso empresario y vicepresidente de Perú 2021, que el Perú sería un país de Primer Mundo en 30 años. Confieso que cuando lo escuché esa primera vez me sentí escéptica: “¿30 años? – pensé– ¡imposible!”. Hoy, sin embargo, esa misma visión comienza a calar en muchos.
En estas mismas páginas, hace pocos días Dionisio Romero y Gastón Acurio la mencionaban como muy alcanzable: Perú, país de Primer Mundo. Perú, al Primer Mundo. ¡Qué potente, inspiradora y clara me resulta ahora la visión de estos exitosos visionarios (valga la redundancia), sobre todo hoy que el país debe consolidar su modelo de desarrollo e impulsar su crecimiento sustentable, inclusivo y socialmente muy responsable!
Esa visión de un Perú de Primer Mundo me impacta, me moviliza y me compromete a trabajar por ella. Me presenta un escenario del país donde quiero vivir y donde quisiera que mis hijos y mis nietos (cuando los tenga) pudieran vivir y florecer. Es la visión que creo tiene la fuerza suficiente para alinear a todos los peruanos en un sueño común, sinérgico y muy poderoso, que genere verdaderas transformaciones culturales.
Tenemos la ventaja de venir construyendo en la dirección correcta, aunque todavía nos falte mucho para llegar. Ahora nos toca a todos –empresarios, emprendedores, profesionales, trabajadores, ciudadanos en general y, por supuesto, líderes políticos– apurar el paso sin distracciones en esa dirección… ¡para que el Perú sea el país de Primer Mundo, próspero, pacífico, democrático y justo, en el que todos queremos vivir!